martes, 4 de agosto de 2009


¡¡De Madrid al cielo¡¡


Cuando el corazón se muda
las paredes brotan tintes
los ojos se ensucian
de tanto ver cosas nuevas
arrancar las viejas
agarrar lo que está
las manos duelen
de tanto recoger lo que se deja.


Se puede olvidar lo querido
pero no se puede
con el instante
los instantes...
los que construyen la vida.


Los que cartesianamente persiguen
con energía
valor
con economía cultural
con ardor
sin dejar otra huella mas que el dolor.


Es gracia lo que aparece
pronto en medio de lo que es nada
aquello que se mira
en los momentos que vuelves
del paseo
con los caminos que veo
los tiestos como gineceo
un camino y dos floreros
dos salidas y un Romeo.


Cuando el descanso descansa
lo que recorre la vida
el despertar de la muerte
los niveles que se siembran
enteros para que olviden
los mundos y dimensiones
los mustios que son olores
aquellos tapando sabores
como una dulce fresa que anda.

Dos bancos sin respaldo
un solo banco espaldado
donde se guarda el valor
no se recibe el dinero
solo se aceptan candores.

Una amiga que juntos
hemos construido un Banco...
para conversar sobre la vida
sobre el sentimiento, la experiencia...


(reflexión sobre mi amiga Claudia de España...)

2 comentarios:

dulce dijo...

Ni a los amigos, ni a sus queridas letras, se les olvida nunca.

Un abrazo caribeño. :)

Gibram dijo...

Dulcinea, no te olvido porque formas parte de mi mismo y las letras mismas¡¡