Andando junto contigo
encontré la medición
la anchura que tiene el mar
y el tamaño de tu alma.
Siguiendo tu caminar
fuí testigo del principio
como si fuera un panal
con la miel o con tu boca
igual a los pensamientos
esparcidos en tu mesa
donde no se ve mi mano.
Sentí que el viento era frío
en medio de un duro sol
me congeló tu calor
el cuerpo de tu ilusión
el pétalo de tu rosa
que se cultiva en verano
como si fuera el invierno.
Mirando bien tu danzar
observé la compañía
el Bolero de Ravel
y tu dulce melodía
que solo tocas si bailas
aquello que es solo mío
con violencia, si tú miras.
Seguro que es imposible
lo que no he visto nunca
por lo menos hasta ahora
porque ya ví tu mirar
cuando escribiste en mi nube
sobre la humedad del aire
que hallé tu carta de amor.
Te sabes esconder bien
muy de cerca en cada orilla
mas bien en tu propio rio
como si no fuera agua
lo que te moja conmigo
sin tener casa de luz
porque eso lo tienes tú.
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