lunes, 7 de julio de 2008

No la encuentro, parece que se me perdió...


Buscar el camino me convirtió en caminante
dentro de mi era un alarde
como nunca consideré
lo mejor que en mi vida había pasado.

Una mañana lo busqué
aquello que construí pie por pie
lo que llegué a comenzar como ideal
aquello que forma parte de mi vida
mi vida triste, desolada, sin afán
quizás con afán desconocido
viviendo en otro mundo lejos del valle
hurgando lo que me digo cotidianamente
viviendo lo que permite esa lejanía.

Me dí cuenta que esa mañana se me perdió...

No sé decir a nadie porque nadie puede sustituirla
tiene que ver con mi propia vida
con esa cadencia que no acaba de hacer propia
la mil veces dicha presencia sempiterna.

Esa mañana a mí se me perdió, no la encontré...

Creí que había ido al bosque para estar en soledad
visité la casa de la dama soledad, caminando
por el mismo camino
por el mismo sendero
por los mismos trechos que se hicieron normales
por la misma normalidad que había conocido
con la misma falta que ahora siento
con la ausencia hecha yo mismo
únicamente con mi propia vida.

Solo sé que al buscar, no encontré nada, se fué...
me dejó solo con lo que recordaba
con los esterdores de la vida cotidiana
con la profundidad del viento y el paisaje
con el temor de que hubiera algo extraño
mal comprendido
malentendido
mal exprasado
quizás se puso complicada mi vida.

A veces despertada en las noches porque sentía
mas no estaba, lo único que sé es que fuí a buscar
no estoy todavía seguro pero solo me dejó...

Podría ser que se cansara de mi
tanta intensidad o cordialidad puede cansar
aunque se quiera como a nadie
a pesar de que nada lo sustituya.

La fuí a buscar pero se me perdió...


Fuí a recoger la simiente que nutre
la ventada que permite que entren
la terquedad que enseña
la soledad que guarda lo que iba a buscar.

No sé nada mas,
lo único es que fuí a buscar pero no encontré
parece que se fué y a mi me dejó
musitanto los desaciertos cometidos
recordando aquellos aciertos realizados.

Solo me di cuenta que había perdido algo que no se sustituye...
y me di cuenta, aún mas,
porque me faltaba,
le faltaba un pedazo a mi propia vida.

1 comentario:

dulce dijo...

Sabes Gibram...
Todos pasamos por ese gusto amargo de perder un pedazo de sol, de estrella, de vida... queda un vacío, que aún desconozco si se puede llenar.
Muy hermoso.