viernes, 11 de febrero de 2011

La mirada de la muchacha

Como es que tu ves
ya que no lo haces con tu ojos
es tu mirada la que ve
con las idas y venidas del sol.

Así parece,
que la tarde está descansada
el día tambien descansa
cuando miras tus ojos mismos
cantan su propio descanso.

Estan tus ojos cargados de nostalgia
de vientos alegres y tardes frescas
olvidados rumbos que parpadean
como si fueran ojos, no tu mirada.

El paso que se descubre
la naturaleza que gime y llora
la mirada que despide la aurora
y que saluda la tarde.

El camino que brilla con la luz
en la salida de la noche estrellada
la espera incierta de habitantes comunes
confusos y confundidos como el agua.

Por la noche, arrojas un hechizo de oscuridad sobre el rostro de la Luna.

Si tu mirada es una fuente
si es por acaso un manantial
mira bien para que no te aparruche la aurora
para que los Griegos no sientan tu sentir.

Escuha como puedes ver lo que lees
mirar lo que se siente
cantar como las gaviotas marineras
igual que la esperanza de Dante.

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